27 de febrero. Día internacional de la donación de órganos

 

“Los órganos no van al cielo y pueden salvar a muchas vidas”. 
Cristian, un joven de 33 años que recibió un trasplante bipulmonar el 22 de agosto de 2018, se considera un bendecido por Dios y la vida. Ingresó al quirófano con una capacidad respiratoria del 18 por ciento y la operación le cambió la vida. “Hoy puedo disfrutar de mi familia, de mis amigos, por eso siempre hay que recordar que los órganos no van al cielo, sino que quedan en la tierra y pueden salvar a muchas vidas”. 
Cristian estuvo 4 años en lista de espera por una enfermedad idiopática, es decir, de origen desconocido y fue operado en el Hospital Italiano.
Según el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implantes (INCUCAI), en la Argentina hay 7080 personas en lista de espera para un trasplante de órganos y 2.44 donantes por cada millón de habitantes. 
En nuestro país, se considera donante a toda persona mayor de 18 años que haya manifestado su voluntad afirmativa o que no haya dejado constancia expresa de su oposición. Esto se debe a la denominada “Ley Justina” que regula el Trasplante de Órganos, Tejidos y Células. La norma tiene seis años, y desde su promulgación, se redujo de 40 al 10 por ciento la tasa de interrupciones de donación por oposición de un familiar. 
En efecto, a partir de la normativa, cada vez son menos los obstáculos que separan a un paciente en espera del órgano que necesita.
El director del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante de La Rioja (CUCAILaR) Carlos Reinoso informó que, durante 2023, en nuestra provincia hubo doce donantes reales tanto de órganos como de tejidos, y 47 personas fueron trasplantadas, la mayoría de ellas de córnea y riñones y en menor cantidad, corazón e intestinos. 
En este día tan significativo, Reynoso destacó la importancia de este acto “solidario y altruista” que “beneficia a otras personas que están esperando un órgano que, si no aparece, mueren o sufreen el severo deterioro de su calidad de vida”. 
Reinoso reivindicó y puso de manifiesto la importancia de la ley Justina y explicó que la ley establece que, sólo en el caso de los menores de 18 años, se solicita el consentimiento a las familias. A los mayores a 18 años no.
Para la ley, es donante toda persona mayor de 18 años, salvo que haya expresado su desacuerdo en donar sus órganos en el registro del INCUCAU o su DNI.
Además, explicó que “cuando se produce la certificación médica de la muerte, el equipo del CUCAILaR se acerca a la familia para hablar de la donación y se explica los alcances de la ley, que en el caso de un accidente o muerte dudosa no va a entorpecer una posible autopsia”.
“Además, realizamos un acompañamiento hasta la entrega del cuerpo y una vez entregado se les muestra las condiciones en qué fue respetado el cuerpo al momento de hacerse la ablación correspondiente”, concluyó. 
El CUCAILaR está ubicado en el Hospital Enrique Vera Barros y atienden de lunes a viernes de 8 a 15 horas.